MÓNICA LIYAU "MI SUEÑO ES ´PIMPONIZAR` A TODO EL PERU"

Mónica Liyau. Empresaria y excampeona de tenis de mesa pofesional.
Impulsora del programa Impactando vidas
.
Quieres masificar el tenis de mesa. ¿Qué te da practicarlo?
A nivel de formación, te da la disciplina, te da la garra, te da el coraje, te da el valor. Te da todos esos valores que uno necesita para formar tu personalidad y salir adelante ante cualquier dificultad.

Pero uno podría decir que cualquier deporte te da eso, ¿no?
Para mí, el tenis de mesa es especial porque tienes al rival muy cerca. Además, es el deporte más veloz del mundo. El doctor Daniel Amen (renombrado psiquiatra norteamericano) asegura que es el deporte que más te desarrolla el cerebro. Y en el Perú, existe una deficiencia en comprensión lectora. Es por eso que decidimos llegar a los colegios.


¿Qué hace en ese aspecto?
Al leer, los niños mueven la cabeza de un lado a otro y leen palabra por palabra, por lo que no asocian el contexto con el contenido. El tenis de mesa te desarrolla el músculo y hace que, sin mover la cabeza, se mueva de un lado a otro. Así, tú lees más rápido.

¿Ha sido en tu caso?
Sí. Yo leo y entiendo rapidísimo los textos… Además, obviamente, como deporte de bajo impacto te da salud y bienestar.

¿En qué momento se te ocurrió este proyecto?
Son cosas alineadas que vinieron de arriba (mira al cielo). Mi papá me llevó a jugar ping pong a los 7 años y yo tengo un hijito que el año pasado cumplía 7. Y como yo soy de la fórmula “mata dos pájaros de un tiro”, dije: ya, juega él, juego yo, y todos contentos. Entonces comencé a acercarme nuevamente al ping pong…

¿Te habías alejado?
No, sino que he jugado competitivamente hasta el 98. De ahí te alejas por obvias razones. Entonces volví a tener contacto con la gente del ping pong, con los entrenadores, y eso me llevó a llevar alimentarme mejor y a que me haga mis chequeos médicos…

¿Ahí es que sale lo del cáncer?
Sí. Justo mi ginecólogo, Julio César Mariátegui me dijo: 'Mónica, todo indica que no tienes nada, pero hay algo que no me gusta'. Y me salió cáncer de primer grado en el endometrio. A la semana, me hizo una histerectomía.

Tú que has sido deportista siempre, ¿cómo te cayó eso?
En ese momento se te viene la película de tu vida. En diciembre me operaron y, como regalo de Navidad, los resultados de patología indicaban que todo había salido negativo. Y es ahí cuando me puse a cuestionarme…

¿Qué te cuestionabas?
Es que es ahí uno dice: ¡pucha, la vida es un hilo! Y un mes después, estaba en la playa con una amiga y me dice: Mónica, ¿qué te pasa? Y le digo: pasa que he sentido la muerte tan cerca. He sido deportista, empresaria, madre, esposa, pero me falta algo en la vida. Y ella me dijo: tú has recibido tantas bendiciones que te falta hacer algo de responsabilidad social para ser una persona integral.

¿Allí nació la idea?
Le comencé a dar vueltas… Hasta que fui donde una amiga, Violeta Bustamante, actual directora ejecutiva de la asociación, y le dije: mira, pasa esto. Y ella, que es muy sabia y espiritual, me dijo: Mónica, hagámoslo. Te voy a acompañar. Si las puertas se comienzan a abrir, significa que va a ser.

¿Y se comenzaron a abrir?
Sí. Hubo una reunión con el ministro. ¡Pam, pum, pam! Le encantó la idea. Estoy caminando y me encuentro con un pata del IPD. Al poco tiempo ya estaba el convenio marco de cooperación (enumera todas las instituciones que se sumaron). Somos una ONG sui generis, porque no hay ninguna que se encargue de la educación a través del deporte.

¿En qué punto estás ahora?
De aquí a dos o tres semanas inauguramos y arrancamos con la construcción en los colegios. En la primera etapa son 50. Es decir, un alcance de cien mil alumnos. Arrancamos con 20 parques zonales y estamos necesitando la ayuda de la empresa privada.

¿Hasta dónde sueñas llegar?
Mi sueño es que el tenis de mesa llegue a ser el tercer deporte más practicado a nivel nacional, después del fútbol y el vóley. Queremos volver a ser potencia, porque todos los resultados de tenis de mesa que logramos antes se fueron al tacho. Nuestro nivel era realmente altísimo. Yo misma fui rankeada a nivel mundial y campeoné a nivel internacional en la primera división de Suecia, de Brasil. Por eso mi mayor sueño es pimponizar a todo el Perú.

La ficha
Nací en Lima hace 49 años. Practico tenis de mesa desde los 7. Estudié Administración de Empresas, pero dediqué mi vida al tenis de mesa profesional. A los nueve integraba la selección nacional y, desde entonces, gané muchos títulos para el Perú. Me retiré hace 8 años. Ahora, tengo una empresa de golosinas publicitarias, Golozzini, y hace poco creé la Fundación Mónica Liyau, que busca difundir la práctica masiva del deporte que amo.


Fonte: larepublica


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